En la Escuela Infantil Pis Pas nos gusta trabajar el tema del otoño de una forma especial.
Para este curso hemos elegido este cuento :
Un otoño mágico
Los niños llevaban toda la mañana en el bosque, jugando y buscando huellas de animales.
Y Trufo correteaba de un lado a otro, mirándolo todo con ojos muy abiertos.
- ¡ Eh, mirad !- exclamó mirando al cielo - ¡ Aquí hay algo sorprendente !
- ¿Qué es Trufo?- le preguntaron los niños, corriendo a su lado para verlo.
Trufo señalaba las copas de los árboles con cara de asombro.
- ¡ Los árboles son mágicos y cambian de color ! ¡ Sus hojas verdes ahora son amarillas !
- Pero, Trufo, eso es que ha llegado el otoño.- le dijo Jorge
- Y quién es el otoño, ¿un mago?- preguntó Trufo mirando a todos lados -.¡ Yo quiero conocerlo !
-¡ El otoño no se ve, Trufo !- le dijo sonriendo Marcos.
- Pero cuando llega, las hojas se vuelven amarillas y se caen de los árboles - continuó Raquel.
- Y los pájaros se marchan porque cada vez hace más frío - dijo Jorge.
- ¡ Pues qué mago más malo es el otoño !- exclamó enfadado Trufo.
-¡ No creas ! - le explicó Ana-.También deja almendras, nueces y piñones a los animales para que no les falte comida en el invierno.
-¡ Y caramelos de chocolate !- exclamó Trufo, contento por el hallazgo -.¡ Mirad cuántos hay en el suelo !
- Eso no son caramelos, Trufo - le dijo Raquel echándose a reir. Son castañas, la comida preferida de las ardillas.
- ¡ Ah !¿si? Pues yo quiero ser una ardilla - dijo sin parar de comer -.¡ Las castañas están riquísimas !
- y Trufo cogió un puñado y se lo guardó en la mochila.
Cuando más entretenidos estaban, comenzó a chispear. y todos tuvieron que salir corriendo para no mojarse.
- Si deja de llover, y sale el sol, ya veréis cuántas setas nacen - les dijo Carmen.
- ¡ Qué bien ! ¡ Otro regalo del otoño ! - exclamó Trufo, aunque al decirlo no parecía del todo convencido -.Pero, si es tan bueno...¿ por qué deja sin hojas los árboles ?
Y en vez de seguir con los niños, se dio la vuelta y salió corriendo hacia el bosque.
- ¡ Ahora vuelvo, no os vayáis !
Aburridos de esperar a Trufo, los niños se imaginaron que subían a su barco mágico. Estaban impacientes por salir a navegar rumbo al colegio. Y como Trufo no venía, lo llamaron imitando la bocina de un barco.
- ¡ MOOOOOOOOOOO ! ¡ MOOOOOOOOOOO !
Trufo apareció a lo lejos, intentando correr lo más deprisa posible hacia ellos.
- ¡ Venga, Trufo, que nos vamos !- le gritaron los niños.
Trufo llegó resoplando por el esfuerzo. La mochila parecía pesarle mucho. La traía con mucho cuidado.
- ¿Qué llevas ahí, Trufo?- le preguntaron los niños intrigados.
- ¡ Chissss, que no os oiga el otoño ! Ahora os lo cuento - les dijo muy bajito mientras él también hacía que se subía al barco.
Y entre todos jugaron a recoger el ancla y a manejar con destreza el timón.
Y ya muy lejos, cuando no se veían ni el bosque ni la montañas, Trufo sacó de su mochila un pequeño árbol.
- ¡ Trufo ! ¡ Los árboles no se arrancan !- le regañó muy disgustada Carmen-.¿Por qué lo has hecho?
- Lo he cogido para que el otoño no le quite las hojas. Además,¡ qué suerte que ahora estemos en el mar ! Como aquí no hay árboles ni flores, el otoño no lo va a encontrar nunca.
- La suerte es que tiene raíces, Trufo, y que podemos plantarlo otra vez, aunque sea en una maceta- le dijo Carmen.
Y mientras volvían de regreso al colegio, Trufo cogió su árbol y con mucho cuidado lo escondió detrás de las mochilas, junto a un rayito de sol.
( Julia San Miguel )
No hay comentarios:
Publicar un comentario