Nuestra psicóloga Ester Ibáñez nos facilita esta información de gran utilidad para saber cómo actuar con los niños y niñas a la hora de ver la televisión.
COMO ENSEÑAR A VER LA TELEVISIÓN A CADA EDAD.
- DESDE EL NACIMIENTO HASTA LOS DOS AÑOS Y MEDIO:
Hasta los dos años y medio no se concentran en los
mensajes televisivos. Pueden captar una imagen, identificar un
personaje, retener un nombre, pero no siguen el argumento de un
relato.
En estas edades es mejor que el niño se dedique a
juegos que alimenten su necesidad de estimulación: la estimulación
lingüística y afectiva de la madre, exploración del entorno,
sonidos, movimientos, etc...
Es la edad en la que el niño aprende a moverse solo por
su entorno, empiezan sus primeros balbuceos y el juego de imitación
y simbólico, experiencias muy importantes que en absoluto puede
sustituir la televisión.
- DE DOS AÑOS Y MEDIO A SEIS AÑOS.
A partir de esta edad ya es lógico que al niño le
apetezca ver la televisión. La media recomendable es de cuarenta y
cinco minutos al día como máximo.
Es mejor que vea programas sin demasiada complejidad,
cortos y con un número reducido de personajes.
Las relaciones causa-efecto son difíciles de entender
todavía para ellos y es bueno que el adulto explique aspectos del
relato que puedan resultar más complicados. Además es importante
empezar a enseñarles a distinguir entre realidad y ficción.
Es bueno evitar escenas que produzcan miedo. Al serles
difícil distinguir entre realidad y ficción esos relatos pueden
transformarse en pesadillas y fijaciones. También se evitarán
catástrofes, sangre y violencia.
Cuando aparezca el tema de la muerte no hay que
trivializar ni dramatizar. Hay que explicar qué es sin aturdir al
niño con informaciones que el no ha requerido y que no está
preparado para asimilar. En aquellos relatos en los que la muerte
es muy traumática habrá que sopesar si el niño está preparado
para verlo.
La maldad de algunos personajes también deberá ser
sopesada. La maldad ha de tener su réplica y ha de ser una maldad
clara, no retorcida. Es un hecho que el niño tiene que descubrir,
pero hay maldades excesivamente truculentas y perversas para que el
niño las pueda asumir.
Las escenas eróticas son inapropiadas pues presentar
problemas que el niño aún no se ha planteado a esta edad. Los
niños entre cuatro y cinco años tienen curiosidad sexual, pero no
es la televisión el medio adecuado para satisfacerla. Es mejor
utilizar cuentos y dibujos especialmente diseñados para tal fin.
No son nada recomendables los personajes sarcásticos
tipo Simpson. Bart Simpson es un antisocial sin réplica. A esta
edad se necesita que el malo tenga una réplica positiva que lo
supere.
Son recomendables los relatos cortos repetidos, para lo
que resulta muy útil el video. Con la repetición se produce
enriquecimiento lingüístico y la capacidad de discernir entre
realidad y ficción.
Es conveniente que empiecen a ver relatos con personajes
de carne y hueso, que no sean siempre dibujos. A los adultos estas
películas les ofrecerán la oportunidad de presentar datos de la
realidad para hacer preguntas que estimulen el espíritu observador.
En este sentido existen videos de reportajes adecuados para su edad.
Son convenientes los videos donde aparecen canciones y
bailes y los videos domésticos familiares.